
Lo más gratificante para el papá, la mamá o para la profesora es que, una vez que haya terminado de contar un cuento, el niño diga: “Otra vez”. Si un cuento no se merece el “otra vez”, indica que algo ha fallado en dicho cuento.
Los cuentos abren las puertas de la imaginación, de lo mágico, pues en ellos todo resulta posible: los animales pueden hablar, aparecen palabras mágicas para abrir puertas, y los niños descubren que existe besos para despertar a la vida. También les sirven los cuentos a los niños para darse cuenta que en cada uno de nosotros “viven” numerosos personajes. Por tanto, en la medida en que conozcan y se manejen con más roles aumentará su capacidad para desenvolverse mejor en el plano social.
Los cuentos presentan mucha información, pues hablan de geografía (montes, ríos, valles...), de historia, de matemáticas; también dicen lo que les ha ocurrido a otros para que los niños estén atentos y sepan que eso puede pasarles a ellos; o muestran que en la vida se van presentando problemas y que con habilidad, constancia y lucha se pueden ir resolviendo.
Estará bien elegir las lecturas buscando que orienten en la solución de problemas y conflictos internos y, por consiguiente, que no creen nuevas dificultades a los niños. Por tanto, los personajes que aparezcan en los cuentos necesitan tener unos valores y mantener una coherencia, que les sirvan a los niños de referente y les ayude a construir una personalidad equilibrada.
Por tanto, sabiendo lo interesante que es este tema, les invito para que junto a sus hijos descubran este fascinante mundo de los cuentos y todo la fantasía que ellos traen, ya sea diariamente, quizás a la hora de dormir, puedan dedicarles tan solo unos minutos y así enriquecerse mutuamente.
Carolina Casabón Henríquez
Educadora Diferencial Mención Deficiencia Mental
Post título en Audición y Lenguaje y Trastornos Específicos del Aprendizaje